Alguien alguna vez me dijo que uno no elige viajar, que el viaje te elige a vos...

Ha pasado mucho tiempo desde que escribí mis últimas lineas en el Blog y han pasado muchas cosas también, he podido visitar Argentina nuevamente, y volver a Brasil, país que tanto disfruto conociendo.
Visité un pueblito en particular que me encantó, se llama Barra da Lagoa, y queda en la isla de Florianópolis.
Adjutaré algunas fotos en cuanto pueda.
Florianopolis es una isla llena de lugares preciosos para visitar, pero la elección de Barra Da Lagoa para quedarnos con mis padres, no pudo ser más acertada. Es un pequeño pueblo al este de la isla, que esta rodeado de agua, tanto del Océano Atlántico como de la lagoa da Conceicao y esta atravesado por un pequeño río que le da mucha vida.
Nos alojamos en un apartamento de alquiler cuya casera se llama María, y es un encanto de mujer, a solo unos 400 metros del mar y todos los días íbamos caminando a la playa. La playa de Barra es la más larga de las playas de la isla y esta emplazada sobre el Parque Natural Río Vermelho. Una mañana tomamos coraje y decidimos caminarla entera...no pudimos, después de 4 horas todavía nos quedaba playa por camina y ya estábamos muertos de cansancio ajajjaj

Otra cosa muy bonita que hay en este lugar es el Proyecto Tamar, es una iniciativa del Instituto Brasilero de Desenvolvimiento Forestal y del Instituto Brasilero de Medio Ambiente, para el cuidado y conservación de las 5 especies de tortugas que existen en Brasil, y sobre todo para crear una conciencia social sobre su importancia y cuidado. 

Me pareció muy interesante ver cómo cuidan a las tortugas que encuentran heridas en el mar y sobre todo cómo podemos todos hacer cosas para que estos enormes especímenes sigan viviendo en nuestro ecosistema. Por ejemplo cuidando de no dejar basura en las playas, o controlando la luminosidad en las mismas, ya que ésto hace que las crías de tortugas se pierdan, siguiendo a las luces y no lleguen al mar, donde tienen el refugio necesario para poder sobrevivir.
Barra da Lagoa es un paraíso al que volveré algún día.